Barcelona - Nordkapp, Juny 2009

Día 14: Trondheim - Malme 292km, media 59km/h


RUTA


Nos levantamos pronto para aprovechar el día y a las 8:30 estamos en marcha bajo una intensa lluvia. El objetivo: recorrer la carretera del Atlántico, que une Kristiansund con Molde.

Tras cruzar Trondheim, la E39 está cortada y damos un rodeo por el sur tomando la 65 que nos lleva a Halsa, donde cogemos un ferry hasta Kanestraum y comenzamos a ver por primera vez indicaciones hacia la carretera del Atlántico. El paisaje se hace mucho más ameno que el día anterior, cruzando numerosos puentes y pese a la lluvia, comenzamos a disfrutar de las vistas. Además, el frío ya ha desaparecido y es que se nota que ya estamos bajo el Círculo Polar Ártico. Tras dos peajes en los que las motos pasan gratis (olé de nuevo por los noruegos) llegamos a Kristiansund, pasando antes por un tunel de 8km de largo con sendas pendientes de 8%. De repente, el GPS nos quiere meter por un tunel que todavía no está terminado (las super-actualizaciones de los mapas de TomTom, llamadas Regreso al Futuro...) así que damos la vuelta a preguntar sobre cómo llegar a la Carretera del Atlántico. A los pocos segundos, por el otro lado vemos la caravana de la familia vasca así que damos la vuelta y los seguimos porque sabíamos que ellos también querían ir allá. Rodeamos el tunel sin acabar y llegamos a una terminal de ferry que nos dejaba justo al comienzo de la escurridiza Carretera. En la terminal vemos que el tunel debía haberse terminado en mayo pero llevan retraso... suspiro, esto no solo ocurre en España, menos mal. Aprovechamos la espera para sacar dinero de un cajero, sin ningún problema y al volver a la moto los vascos nos invitan a tomar algo en su caravana resguardados de la lluvia, aunque a los pocos minutos llegó el barco.

Una vez nos metemos en el ferry y tras 30 minutos de trayecto llegamos a Bremsnes, el comienzo de la Carretera del Atlántico. Los primeros kilómetros son como una carretera noruega normal pero pocos kilómetros adelante, comenzamos a ver aquello que la caracteriza: tramos de carretera que unen pequeños islotes entre caprichosas curvas y puentes de giros imposibles. Paramos a sacar la foto en ese sitio que habíamos visto tantas veces antes por internet: un puente con doble curvatura en la parte superior, aunque en esta imagen no se ve claramente.

En este mismo sitio, la vista del otro lado de la carretera es genial, pese a que la lluvia y la nieblilla nos obligue a "intuirla".

...y realmente allí donde ya la carretera deja de verse, se termina también la belleza de la Carretera del Atlántico, dejando el mar y conviertiéndose en una común nacional (dentro de lo común que es una carretera en Noruega). Total: unos cuatro kilómetros y medio que se hacen cortos pero muy intensos. Pena de la lluvia y la limitación de velocidad, que sino aprovechaba para descuadrar un poco las ruedas, cachis...

Cuarenta kilómetros después llegamos al Bjolstad Camping donde por 400 corona tenemos un hytte bastante grande, con utensilios para cocinar que nos sirvieron para hacer unos espaguettis con tomate y yogurt, cena de reyes, vamos. Al día siguiente, la Trollstigen y "la señal"

Día 15: Malme - Lunde 308km, media 58km/h


RUTA 1
RUTA 2


De nuevo prontito a las 8:30 en carretera con la idea de avanzar lo máximo posible y bajo una lluvia intermitente que nos obliga por su intensidad (cuando cae...) a ponernos el traje de agua. En Solsnes cogemos el ferry a Afarnes y durante el breve trayecto el agua parece que nos abandona y nos deja un poco en paz. Desde Afarnes tomamos dirección a Andalsnes, localidad desde la que ya vemos las indicaciones hacia la Trollstigen y comienzo a buscar "la señal". Se trata de la llamada "carretera de los Trolls" y se caracteriza por un ascenso a una montaña con unas curvas muy cerradas y flanquedas por un par de cascadas. Hay también un precioso camino que sube a la cima y que hace las delicias de los amantes del montañismo y el trekking.

Según nos aproximamos el asfalto se va secando y continúo buscando "la señal", comenzamos a ver el sol en algunos momentos y vamos paralelos a un río serpenteante con un agua color turquesa que promete estar bastante bastante fría y caídas de agua de la montaña cada pocos metros. Y finalmente, ¡vemos la señal!

A medida que avanzamos, el espectáculo cada vez nos deja más boquiabiertos: el sol va apareciendo, el sonido del agua cayendo en pequeñas cascadas a diestro y siniestro obliga a parar cada pocos metros para poder admirar el paisaje en todo su esplendor.

La subida en si consta de varias curvas muy cerradas que se complican un poco al estar el asfalto húmedo, pero no hubo ningún problema. Según ascendemos cruzamos sobre dos grandes cascadas y la vista de la carretera y el valle es más y más majestuosa . Una vez arriba podemos admirar por dónde hemos subido

Es fascinante ver desde aquí el color del agua y escuchar su sonido... lástima con las fotos no pueda transmitiros esa sensación, porque es sencillamente única y nos sentimos muy privilegiados por poder haber estado allí.

Aprovechamos para adoptar unos trolls pequeñitos para traerlos a casa, nos quitamos el traje de agua porque el cielo parecía habernos dado una tregua gracias de nuevo a Thor y continuamos camino hacia el segundo gran hito del día: un crucero por el fiordo Geiranger.

Al otro lado de la Trollstigen no se bajaba el telón, sino que continuaba el espectáculo con rios cristalinos, altas montañas nevadas, caídas de agua y rios cristalinos por doquier. Además las curvas secas y cerradas ayudan equilibrar el desgaste de las ruedas, al menos un poco...

Pasados unos kilómetros comenzamos a oler a... ¿fresa? Efectivamente, había grandes campos de fresa que la gente estaba recogiendo por todos lados y llegaba el olor a la carretera. Este aroma nos acompañó hasta Linge, donde cogíamos el siguiente ferry. Coincidimos con una simpática pareja de suecos con una 1200CL con los que comenzamos a charlar. Mientras esperábamos en la cola vimos otro ejemplo de esclavi... provecho infantil cuando unos niños nos ofrecían unos cestitos de fresas y de cerezas que tenían la pinta de haber sido recogidas poco rato antes. No pudimos resistirnos, así que entre los suecos y nosotros compramos dos cestas una de cada... y su contenido no llegó al ferry

Antes de entrar en el ferry de Linge nos dan un papel en Noruego en el que "interpreto" que el crucero del Geiranger sale a las 14:30. Salimos del barco a las 13:30 así que sin entretenernos nos despedimos de los suecos y salimos para Geiranger. Llegamos a las 13:58 y según llegamos entramos en ferry, que sale a las 14:00 así que de nuevo hemos triunfado... y mi interpretación del noruego pierde diez puntos.

El Geirganger dicen que es uno de los fiordos más grandes de Noruega y uno de los más bonitos. La moto la dejamos sin atar porque por un lado no hay de donde y por oto en el fiordo el agua es completamente tranquila. De la zona de carga subimos arriba del todo a ver el espectáculo y de nuevo nos quedamos boquiabiertos. A este paso vamos a tener que darle crema solar a la lengua... y es que no es para menos.

Sencillamente brutal. Navegamos durante una hora entre tremendas moles de piedra de las que caen multitud de cascadas y caídas de agua durante todo el trayecto. La vista es indescriptible.

No lo parece pero fijáos en la comparación con el ferry... ¡las montañas y las caídas de agua son realmente grandes!

Tras la sobredosis sensitiva vivida, llegamos a Heinsdal y nos quedamos a comer allí mismo en un banco de un parque que estaba al lado del río que cruzaba el pueblo y que unos metros atrás era una caída de agua preciosa que se puede ver en la foto perfectamente.

Estuvimos muy a gusto al sol (finalmente!) y con un ambiente muy bueno porque en el pueblo debía ser festivo y estaba lleno de gente y de vida. A las 16:30 aproximadamente continuamos ruta dirección Bergen - Songdal disfrutando de la carretera y con la idea de encontrar un buen camping para terminar de redondear el día. Sobre las 19:30 dimos con el camping Turist Stasjon que tenía una pequeña cabaña por 250 coronas, unos 28 euros, de lo más barato del viaje. Está a los pies del glaciar Jostedal y el sonido de una cascada se oía desde el hytte. Esta era la vista que teníamos... desde la cabaña:

La dueña del camping es realmente encantadora, su casa está al lado de los hytte y siempre está la puerta abierta, con total disponibilidad para poder entrar y poder utilizar la cocina o navegar por internet o lo que sea necesario. Estuvimos muy muy a gusto. Cogí las coordenadas GPS para que si alguno pasáis por allí y os toca parar, no lo dudéis:
N 61º 31.095' E 6º 38.188'

Hoy hemos sacado 200 fotos; ha sido uno de los mejores días de toda la ruta y no se nos olvidará nunca

Día 16: Lunde - Bergen 275km , media 66km/h


RUTA


A las 8:30 de nuevo estamos en marcha. A pocos kilometros de salir y tras un gran túnel descubrimos parte del impresionante Jostedal.

Un brillante sol nos acompaña y el día promete ser caluroso y soleado. No perdemos de vista ni un momento las impresionantes cascadas, los rios que siguen siendo del mismo color del glaciar, un azul turquesa intenso hipnotizador, acompañado por una fuerza de la corriente desmesurada. Tengo que hacer esfuerzos por no quedarme mirando con la moto y si algo es realmente bonito, no dudamos en parar un minuto para disfrutar de ello, merece la pena.

Por el camino comenzamos a ver enormes lagos, que al no haber viento, partecen grandes espejos que reflejan todo lo que hay a su alrededor. Cogimos el ferry en Hella dirección a Vangnes, donde nos encontramos con una pareja de holandeses entrados en los 60 con una 1200 ST que han esstado por los Pirineos y planean marchar a los Dolomitas... Yo también quiero peinar canas así...

A los pocos kilometros nos encontramos ya en Vic donde queríamos ver la iglesia negra. Tras varios minutos de vueltas por el pueblo, decidimos preguntar en la oficina de información por la ubicación de la iglesia y aprovechamos para ver el genial museo de motores que tienen allí mismo. En la iglesia nos cobran 7 euros por cabeza para entrar pero la iglesia es fascinante por su conservación al ser una iglesia ¡del siglo XII y de madera en su totalidad!

El truco consistía en estar construida sobre piedras que la aislaban de la humedad del suelo. Por dentro había muy poca luz pero se mantenía todo como antaño, incluso con grafittis del tatatatarabuelo de algún vecino.

Una vez terminada la visita cultural nos dirigimos a Voss con una gratificante sorpresa: la carretera que une Vic con Voss debían considerarla de interés nacional: rodeada de montañas en las que aún queda mucha nieve, lagos que aun se encuentran helados y poca vegetación hacían conducir por allí una experiencia única.

Y el hielo del lago, doy fé, era hielo de verdad.

Carretera que no hay que perderse. Si esto está así en pleno julio, miedo me da pensar cómo se pondrá en enero.

Continuamos hacia Bergen y llegamos sobre las tres de la tarde, buena hora para comer... o merendar. Queremos un hotel céntrico para hacer un poco de turismo por la ciudad a pie. El gps nos lleva de ruta turística él solo sin que nadie se lo pida hasta que llegamos a un pequeño motel muy caluroso pero céntrico al fin y al cabo. Dejo la moto bien aparcada en la calle, nos duchamos y salimos en conquista de Bergen.


El primer punto de parada obligada es el mercado de pescado, más conocido allí por Fish Market, donde compramos embutido de arce y de reno, y diversos souvenirs. La mitad (sin exagerar) de la gente que trabaja vendiendo pescado o souvenirs son españoles, es sorprendente, ¡hay a cientos! Como somos tope simpáticos, nos invitan a probar la ballena, los langostinos, el salmón ahumado... Todo estaba bueno, pero no espectacularmente bueno, no sé si me entendéis.

Un poco desilusionados por el escaso sabor del pequeño pica pica, continuamos la visita turística por el otro punto obligado, el funicular, desde donde hay unas vistas muy chulas de la ciudad y tuvimos que sacar la típica foto...

Como allí arriba no hay nada mas interesante, volvimos a bajar para dar una vuelta por la antigua ciudad de madera de Bergen.

Todas, todas las casas de la foto están descuadradas... queda muy rústico pero desde fuera no se ve lo que te encuentras al estar entre ellas: están todas apuntaladas

Vimos también algún ejemplo de algo muy común en Noruega: antiguos coches americanos en perfecto estado de revista, comprados seguramente por afición al coleccionismo.

Cenamos bacalao y salmón con una ensalada en el tercer restaurante de todo el viaje; realmente bueno y a un precio razonable.

Ya en la habitación rehacemos las maletas y nos quitamos los forros de las chaquetas porque el calor comienza a apretar. Al día siguiente quemamos uno de los últimos cartuchos del viaje: el Preikestolen.

Día 17: Bergen - Solvik 275km, media 55km/h


RUTA


Hoy casi batimos el record y nos ponemos en marcha a las 8:10. Pese a que el cielo está gris, no tiene pinta de que vaya a llover mucho y metemos el traje de agua en el top, a ver si se queda ahí hasta casa. Y entre pequeñas lloviznas que se secan enseguida llegamos al primer ferry que nos llevará de Halhjem a Sandvikvag. Con la moto en el ferry llamo al camping de Solvik pidiendo un hytte y resulta que está todo ocupado, pero me indica que tiene un vecino que alquila habitaciones. Me da un teléfono, llamo y consigo reservar la habitación con dificultad porque el señor Naumann habla inglés a duras penas Esta reserva era particularmente crítica porque queremos estar lo más próximos del Preikestolen posible para poder visitarlo hoy mismo a ser posible y desplazarnos lo mínimo posible del camping. El Preikestolen es una gran piedra plana capricho de la naturaleza que está a 604 metros sobre un magnífico fiordo y desde la que se pueden apreciar unas vistas magníficas. Haciendo clic aquí podéis ver más información.

Desayunamos en el ferry y desde Sandvikvag continuamos hacia el siguiente ferry, en Arsvagen. La carretera no tiena nada de particular y comienza a llover levemente de nuevo sólo que levemente, levemente, la lluvia no para y terminamos bastante mojados esperando al ferry que nos dejará en Mortavika. Ya en el ferry nos ponemos los trajes de agua porque no tiene pinta de escampar.

El tramo de Mortavika a Stavanger tiene numerosos puentes, algunos de espectaculares y túneles que parece que no terminen nunca, de hasta 8km que descienden más de 250 metros para salvar el mar. Stavanger es una gran ciudad y el GPS nos vuelve a sorprender dejándonos justo en el embarcadero hacia Tau. Con la gran soltura que nos da los 15 ferries tomados hasta ahora en el viaje metemos la moto dentro y en un ratito ya estamos en Tau y a 8km, el camping destino. Afortunadamente durante el trayecto en barco ha dejado de llover. Llegamos a las 14:30 y el camping cierra (sorprendentemente) de 12:00 a 16:00. Como no sabemos qué casa es la de Naumann, el alemán, le llamamos y sale en nuestra búsqueda. La habitación es preciosa y está totalmente nueva, con cocinita, nevera, terraza, aseo y baño con ducha. La habitación todavía no estaba lista así que nos cambiamos en el cuarto de calderas, nos ponemos unas zapatillas y unos vaqueros y nos vamos en moto al Preikestolen, a unos 10km del camping.

El Preikestolen tiene un parking para motos separado del de coches que se paga una vez aparcas la moto. Según llegamos una moto nos da su ticket porque habían venido a ver la famosa piedra pero no sabían que iban a tener que andar 4 horas y eso, con los trajes de cuero, es tarea cuasi-imposible . Agradecidos, compramos allí mismo un poco de pan y nos calzamos un bocata con parte de lo poco que nos quedaba de comida. Ya con el cuerpo preparado y cargado, comenzamos la ascensión.

El camino se inicia con alegría y alborozo desmesurado pero cuando llevas 10 minutos subiendo y te das cuenta que la llegada se estima en dos horas, pasas a tomártelo con calma y disfrutar del trayecto y las vistas, que son preciosas y cada vez mejores a medida que vamos subiendo. Llovizna un poquito así que nos enfundamos en los trajes de agua de no-moto. Ojo, arriba no hay ningún tipo de chiringuito, así que no os olvidéis agua para beber, que la necesitaréis, así como calzado adecuado, fijaos en el maravilloso firme "natural".

Después de una hora y media aproximadamente, habíamos llegado. Y de nuevo aquello es BRUTAL...

La vista aquí arriba no se puede comparar con nada de lo que hayamos visto hasta ahora. El propio instinto de supervivencia te impide asomarte de otra forma que no sea tumbado y aun así, asomar más allá de la nariz es una tarea harto difícil.

La vista desde aquí arriba del fiordo de Lyse es... indescriptible.

Y tras otro festival para los sentidos, bajamos de nuevo a por la moto, donde nos tomamos unos reconfortantes helados después de estirar los músculos convenientemente, saliendo hacia el camping sobre las 19:15.

Tras una buena ducha nos terminamos el tomate con unos espaguettis y a la cama. Mañana se termina nuestra aventura Noruega y con ella prácticamente todo el disfrute de las vacaciones.

Edited by sergibuda - 14/8/2009, 12:06

Día 18: Solvik - Randers 262km y 3.5 horas en barco


RUTA


El día sale soleado, así que dejamos los trajes en la bolsa estanca y nos dirigimos prontito hacia Lauvik donde cogemos nuestro penúltimo ferry que nos dejará en Oanes. La carretera de Oanes a Kristiansand es entretenidilla aunque llovizna a trozos.

En Kristiansand cogemos el ferry que nos dejará en Dinamarca y sale a las 16:30. Llegamos a las 14:00 y no hay ningún problema para entrar. En la cola nos encontramos con el primer motero español que nos cruzamos, León. Lleva un mes y medio recorriendo Noruega por rutas alternativas, evitando el asfalto con su 1200GS y ha visto focas, osos, ha navegado en piragüa, dormido al raso... un aventurero como la copa de un pino. Y entre la animada charla llegó el ferry, el gigantesco ferry. Varias plantas de carga de vehículos, ascensores, varios restaurantes, sala de juegos, banco...

Con las motos bien atadas subimos a comer, que ya era hora. Con el estómago lleno dimos una vuelta por el ferry, compramos algunas cosucas y cambiamos las pocas coronas noruegas que nos quedaban en euros. Volvimos a pasar un rato con León contándonos aventuras y casi sin darnos cuenta estábamos en Dinamarca. Nos cruzamos los emails, nos despedímos (cada uno iba por un lado diferente) y a las 19:45 estábamos de nuevo en carretera. Oh, el límite de velocidad de 130km/h me sentó como una bocanada de aire fresco a mí y a Éleonor que por fin, pudo estirar un poco las piernas y volver a engranar la sexta... Comenzamos a buscar sitio para dormir (ya daba igual si camping u hotel) y al tercer intento damos con el camping Fladbro, en Randers, donde nos esperaba el último hytte del viaje. Hoy pronto a la cama que mañana hay que ir a por faena. Nos separan 2177km de casa y nos gustaría poder hacerlo en dos días para sufrir el menor calor posible...

Día 19: Randers - Karldorf 971km, media 109km/h


RUTA


Partimos pronto dirección a Alemania y antes de cruzar la frontera paramos en cuatro areas de servicio buscando un parche, pegatina o imán de Dinamarca, tarea imposible. Finalmente entramos en un pueblecito llamado Kolding donde nos hicimos con pegatina e imán; el parche para el chaleco tendrá que esperar un poco más. Lamentablemente tanta parada nos estropea la media prevista...

Al llegar a Alemania disfrutamos tanto las carreteras sin limitación, como las que tienen obras y están limitadas a 80km/h... Total, que al final media es prácticamente la misma que en España. Con la caída del sol pudimos aprovechar el fresco y terminamos en un hotel de carretera, el Rasthof Hotel Bruchsal West, nombre muy aparente. Cena y... mañana 1206km.

Día 20: Karldorf - Barcelona 1206km, media 111km/h


RUTA


A las 8:10 nos ponemos en marcha sin saber si llegaríamos a Barcelona. Hasta las 11:00 todo fue de maravilla, pero a partir de ahí el calor ambiente con los trajes de invierno que llevábamos hacían el viaje un suplicio, parando cada 200km aproximadamente para rehidratarnos nosotros y de paso, la moto. En ruta, una furgoneta que teníamos a unos 10 metros por delante en el carril derecho estalla una de las ruedas izquierdas echándose a nuestro carril. Parte del neumático me da en la bota pero podemos esquivarla sin muchos problemas salvo un pequeño susto. A partir de las 19:00 el calor comienza a descender, lo que añadido a la cercanía de Barcelona nos hace el viaje más llevadero... ¡hasta casa!

Llegamos muy cansados después de una jornada maratoniana pero llenos de experiencias, sensaciones, vivencias y parajes impresos en la retina que siempre quedarán en nuestros recuerdos.

Aprovecho para dar muchas muchas gracias a tod@s los moter@s y colegas que nos han ido siguiendo a lo largo del viaje y en particular a nuestras familias por aguantar esta afición que tienen sus hijos... ¡os queremos!


Estos son los números del viaje: finalmente 8995km para un viaje en el que los números, son lo de menos.

Curiosidades
- En Escandinavia el café, la leche o el agua caliente te lo hechas tú mismo de unas jarras que hay en cualquier área de servicio
- Todas las gasolineras están desatendidas y hay muchas en las que ni siguiera hay personal: se puede pagar con tarjeta en la misma máquina. Si quieres el ticket, tras echar gasolina vuelves a meter la tarjeta y te da el ticket. Es interesante hacer esto porque conocemos a gente que ha echado del surtidor de la sin plomo y le ha salido gasoil por un error en el llenado de los tanques. El ticket es el único justificante frente a la compañía de seguros de que el error no ha sido tuyo. Eso si, todas las indicaciones para hacer las operaciones pertinentes están en noruego y en las primera ocasiones que has de hacerlo da un poquito de "cosa".
- En las carreteras de doble sentido de Suecia, si son anchas todos los coches se apartan para que pases y muchas de ellas son más anchas de lo normal para permitir eso precisamente.
- En casi todos los comercios, uno mismo introduce su tarjeta en la máquina, pones el pin y listo. Todo lo haces tú mismo y en algunos casos no hace falta ni firmar, tu pin es tu firma.
- Aunque no lo parezca, en los ferrys las motos van las primeras. De hecho, muchos tienen un sitio reservado delante para ellas. Además, el aparcamotos te dice dónde meterla, a veces cubriendo huecos entre los coches.
- Los baños de todos los sitios están muy limpios y en muchos nos hemos encontrado que hay orinales para los niños, de los que tienen la forma de las piernas.


Esta pequeña guisa es la que llevaba en la chaqueta de la moto en todo momento: un frontal de led para cuando no hay luz, la cartera, los cubiertos, un bolígrafo, el monedero, la navajilla, el MP3 y el teléfono.

Nuestra gran compañera, ¡la lata de refresco! La compramos el día antes de marchar de viaje y con un martillo por la noche le doblé las tapas hacia el mismo lado. El objetivo era usarla como base para la pata de cabra en los campings que suelen tener el suelo blando, de barro, etc. Y prácticamente la usamos todos los días

Estas son las herramientas que llevabamos en la moto: destornilladores, cutter, medidor de presión, kit reparapinchazos, compresor, pinzas para arrancar la moto, cinta americana, juego de herramientas de la moto, juego de bombillas, botiquín, guantes de latex, alicate, llaves fijas, tijeras, llaves de tubo, mechero y tubos para el scottoiler.

Afortunadamente solo tuve que usar la cinta americana... para colgar camisas de las ventanas y evitar la luz del sol de medianoche

Otra cosa que nos resultó de maravilla: una pequeña toalla que ocupa muy poco y seca muy bien, una funda de saco de dormir que nos servía de sábana en los hytte y una colchoneta hinchable para hacer de almohada. El billete está para que os hagáis una idea del tamaño.

Este es el libro de gastos que Laura iba rellenando por las noches con todos los tickets del día. El resumen final es: 3743,2 euros repartidos en:
- Alojamiento: 1069.23
- Gasolina: 637.3
- Comida: 537.13
- Peajes: 120.26
- Ferry: 463.57
- Otros: 915.71
- ... y 443 litros de gasolina que tienen la culpa de todo

Podéis ver todas las fotos en este link a nuestro álbum en Google Picasa, todas juntas y a mayor resolución